Sobrevivir con un té y un puñado de maíz
Elena Crego, Garbatulla (Kenia)
Amina Mohamed con uno de sus siete hijos en Garbatulla.| E.C.
Garbatulla es una región en el centro de Kenia, a unos 450 kilómetros de su capital, Nairobi. Para llegar hasta allí, hemos recorrido un paisaje verde y frondoso, salpicado por plantaciones de maíz, de té, de plátanos… Al entrar en Garbatulla, el paisaje cambia radicalmente. Los últimos 80 kilómetros transcurren por una pista de tierra. Hace 24 meses que no llueve en esta zona, ya de por sí desértica. Son pocos los arbustos que conservan sus hojas verdes, de las que se alimentan los camellos. Un niño cuida de ellos. Las comunidades que habitan tradicionalmente en esta región son de pastores, que viven de la carne y de la leche que les proporcionan sus animales.
Ahora, estas comunidades se enfrentan a la pérdida de sus animales, que supone para ellos la pérdida de sus medios de vida. De la carne y de la leche con la que alimentarse, o que vender en el mercado. Amina Mohamed es una mujer viuda con 7 hijos. Nos encontramos a Amina en el centro de salud de la localidad de Eldera, en Garbatulla, una modesta instalación de madera de una sola planta y tres habitaciones. Su hija más pequeña, Saharah Farah, de tan solo cuatro años, recibe tratamiento contra la desnutrición moderada. Amina nos cuenta que tenía veinte animales y que, con la sequía, diez de ellos han muerto. Sólo le quedan 3 cabras y 7 ovejas y no están en muy buenas condiciones, por eso no pueden proporcionarle la leche que necesita para alimentar a sus hijos. La familia sobrevive con la ayuda alimentaria proporcionada por el Gobierno, pero sigue sin ser suficiente. Sólo les permite comer una vez al día. Toman té por la mañana y maíz para el almuerzo.
Junto a Amina, un grupo de madres con sus hijos se reúnen bajo el soportal del centro de salud, esperando recibir la ración semanal o quincenal de productos nutricionales para sus hijos desnutridos (papillas de cereales, pastas nutricionales...) que reparten los trabajadores de salud comunitaria de Acción contra el Hambre. También reciben tratamiento algunas mujeres embarazadas y madres en periodo de lactancia, porque asegurar su estado nutricional es imprescindible para asegurar el de sus pequeños.
En toda la región de Garbatulla hay 14 instalaciones de atención primaria del Ministerio de Salud. Acción contra el Hambre proporciona formación al equipo de trabajadores de estos centros en los conocimientos necesarios para detectar y tratar a los niños y niñas y a las mujeres que sufren desnutrición, y les facilita todos los materiales necesarios para desarrollar esta labor.
Evaluación casa por casa
Asisa Isaac, trabajadora comunitaria de salud de Acción contra el Hambre, nos cuenta que también hacen evaluaciones del estado nutricional de los más pequeños en las comunidades: “Hay muchas familias que no traen a sus hijos a los centros de salud. En ocasiones porque . Por eso, otra de las actividades que llevamos a cabo es ir comunidad por comunidad y casa por casa para evaluar el estado nutricional de los niños y niñas y derivarlos a los centros de salud cuando presentan signos de desnutrición. Puede llevarnos hasta tres semanas evaluar una sola comunidad”.
Cae la noche en Eldera y las mujeres, con sus hijas e hijos en brazos o caminando a su lado, van abandonado el centro de salud. Algunas regresarán la próxima semana, otras dentro de dos, dependiendo del estado de desnutrición de sus pequeños y del tratamiento que están recibiendo.
Amina Mohamed con uno de sus siete hijos en Garbatulla.| E.C.
Garbatulla es una región en el centro de Kenia, a unos 450 kilómetros de su capital, Nairobi. Para llegar hasta allí, hemos recorrido un paisaje verde y frondoso, salpicado por plantaciones de maíz, de té, de plátanos… Al entrar en Garbatulla, el paisaje cambia radicalmente. Los últimos 80 kilómetros transcurren por una pista de tierra. Hace 24 meses que no llueve en esta zona, ya de por sí desértica. Son pocos los arbustos que conservan sus hojas verdes, de las que se alimentan los camellos. Un niño cuida de ellos. Las comunidades que habitan tradicionalmente en esta región son de pastores, que viven de la carne y de la leche que les proporcionan sus animales.
Ahora, estas comunidades se enfrentan a la pérdida de sus animales, que supone para ellos la pérdida de sus medios de vida. De la carne y de la leche con la que alimentarse, o que vender en el mercado. Amina Mohamed es una mujer viuda con 7 hijos. Nos encontramos a Amina en el centro de salud de la localidad de Eldera, en Garbatulla, una modesta instalación de madera de una sola planta y tres habitaciones. Su hija más pequeña, Saharah Farah, de tan solo cuatro años, recibe tratamiento contra la desnutrición moderada. Amina nos cuenta que tenía veinte animales y que, con la sequía, diez de ellos han muerto. Sólo le quedan 3 cabras y 7 ovejas y no están en muy buenas condiciones, por eso no pueden proporcionarle la leche que necesita para alimentar a sus hijos. La familia sobrevive con la ayuda alimentaria proporcionada por el Gobierno, pero sigue sin ser suficiente. Sólo les permite comer una vez al día. Toman té por la mañana y maíz para el almuerzo.
Junto a Amina, un grupo de madres con sus hijos se reúnen bajo el soportal del centro de salud, esperando recibir la ración semanal o quincenal de productos nutricionales para sus hijos desnutridos (papillas de cereales, pastas nutricionales...) que reparten los trabajadores de salud comunitaria de Acción contra el Hambre. También reciben tratamiento algunas mujeres embarazadas y madres en periodo de lactancia, porque asegurar su estado nutricional es imprescindible para asegurar el de sus pequeños.
En toda la región de Garbatulla hay 14 instalaciones de atención primaria del Ministerio de Salud. Acción contra el Hambre proporciona formación al equipo de trabajadores de estos centros en los conocimientos necesarios para detectar y tratar a los niños y niñas y a las mujeres que sufren desnutrición, y les facilita todos los materiales necesarios para desarrollar esta labor.
Evaluación casa por casa
Asisa Isaac, trabajadora comunitaria de salud de Acción contra el Hambre, nos cuenta que también hacen evaluaciones del estado nutricional de los más pequeños en las comunidades: “Hay muchas familias que no traen a sus hijos a los centros de salud. En ocasiones porque . Por eso, otra de las actividades que llevamos a cabo es ir comunidad por comunidad y casa por casa para evaluar el estado nutricional de los niños y niñas y derivarlos a los centros de salud cuando presentan signos de desnutrición. Puede llevarnos hasta tres semanas evaluar una sola comunidad”.
Cae la noche en Eldera y las mujeres, con sus hijas e hijos en brazos o caminando a su lado, van abandonado el centro de salud. Algunas regresarán la próxima semana, otras dentro de dos, dependiendo del estado de desnutrición de sus pequeños y del tratamiento que están recibiendo.
*Elena Crego es Press Officer de la ONG Acción Contra el Hambre
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